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Los defectos de refracción son habituales en la clínica diaria. Hasta un 75% de los recién nacidos son hipermétropes (ojos más cortos, de manera que las imágenes se forman detrás de la retina) y a medida que van creciendo, los niños en general tienden hacia la emetropía (la normalidad, que es cuando las imágenes se enfocan en la retina). Los hijos de padres miopes tenderán hacia la miopía (ojos más largos, de manera que las imágenes se forman por delante de la retina) puesto que la miopía tiene un componente hereditario. En general, los defectos de refracción se tratan mediante corrección óptica (gafas, lentillas) pero en algunos casos también es necesaria la utilización de parches, sobretodo en aquellos niños cuyos ojos presentan defectos de refracción muy dispares de un ojo al otro (anisometropía). |