Las VIAS LAGRIMALES son la vía natural de evacuación de la lágrima desde el ojo hasta las fosas nasales.
La obstrucción de esta vía es la causa más frecuente del lagrimeo y de infecciones oculares. Las técnicas para intentar reparar las malformaciones o el mal funcionamiento que impiden la normal evacuación de la lágrima, son siempre quirúrgicas.
Es habitual el uso de sondas que se dejan en la vía lacrimal varios meses para conseguir la permeabilización de dicha vía.
Recientemente se usa un láser especial en algunos casos para hacer la perforación ósea con más precisión y facilidad. Hay diversas técnicas quirúrgicas que podemos aplicar dependiendo de cada caso:
Dacriocistorrinostomía, es la creación de una nueva vía para evacuar la lágrima del ojo hasta la nariz, salvando así la obstrucción de la vía natural.
Dacriocistorrinostomía endonasal, es la creación de una nueva vía para evacuar la lágrima del ojo hasta la nariz pero usando un abordaje endonasal.
Dacriocistectomía, es la extirpación del saco lagrimal, con frecuencia infectado además de obstruido. Se realiza ésta técnica siempre que está contraindicada la dacriocistorrinostomía.
Conjuntivodacriocistorrinostomía con tubos de Jones, consiste en la colocación de un tubo llamado tubo de Jones, que conduce la lágrima desde el fondo de saco hasta la nariz. Se indica cuando hay una obstrucción del conducto lagrimal común y esta contraindicada una dacriocistorrinostomía clásica.
Intubación bicanalicular, utilizada en estrechamientos o estenosis.
Reconstrucción de vías lagrimales afectadas tras traumatismos o cicatrices quirúrgicas.
Sondaje de vías lagrimales en lactantes con obstrucciones y dacriocistitis. Es habitual su práctica en los bebés a partir de los 4 o 6 meses si no se resuelven espontáneamente.